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miércoles, 15 de mayo de 2013

IRONCAT 13'

Gracias por venir los que vinisteis, por estar ahí las 12 02' 35" que estuve nadando, bicicleteando y corriendo, por animarme en los momentos que no creía ni yo mismo que acabaría, por estar ayudándome en lo que necesitaba. Cada vez que pasaba por el sitio en el que estabais, restaba metros de dolor y las piernas ganaban ritmo por si solas. Sólo me faltasteis una vuelta, y aquella os puedo decir que fue la más larga de todas... Gracias, gracias y más gracias...

Va a ser una crónica un poco larga, porque la ocasión lo merece y quiero narrar lo que se siente y se hace en una prueba de este calibre.


A un ironman, se llega con los deberes hechos, si o sí. No es como una media maratón o algo parecido que hay gente aún que se apunta por divertimento. Aquí todo comienza unos seis meses antes. En mi caso el 3 de Noviembre de 2012, ahí puse fecha a lo que serían largos días de entrenamiento solo y acompañado. Después de esos seis mesesdos travesías a nado, varias salidas en bicicleta de carretera, una maratón de montaña (matagalls-granollers 40km), dos maratones (Tarraco y Barcelona), aparte de los entrenamientos, llegaba con: 95km de natación, 2150km de bicicleta y 750km de correr. No son muchos km si los comparas con otra gente, pero después del test que hice el día 17 de Abril en el que estuve nueve horas sin parar vi que aquello ya había llegado a su final solo faltaba limar un poco la carrera y la bicicleta. 

Llegamos a la Ampolla el viernes tarde; allá a las 21:00pm. Ramon nuestro presidente del club, nos estaba esperando para darme el dorsal, gorro, etc... que en esta prueba cambiaba. Saludos, ánimos de última hora y para Tortosa a dormir. Llegados allí, preparé todo lo que necesitaría. A las 4:30am sonaba despertador y en pie, salimos de allí sobre las 6:00am un poco justos pero suficiente para prepararlo todo sin prisa pero sin pausa. Foto de última hora con los cracks del club y a la playa del arquitecto. Allí ya calmado, sabía que ahora solo tocaba disfrutar de la prueba y acabarla.


BOCINAZO DE SALIDA! Todos al agua, entre a medio trote, nadando tranquilo sin prisa, sé que hasta que no llevo diez minutos de competición no cojo el ritmo, así que comienzo a nadar con técnica y codo alto para descansar y relajar lo máximo posible cada brazada. Paso la primera vuelta en 23' y no me lo creo, estoy nadando demasiado rápido. Miro el pulsometro y veo que las pulsaciones no son altas 160/170ppm, sigo nadando y en la segunda vuelta giro la cabeza en una brazada y veo al Branko! Estoy alucinando, no puede ser que este nadando siete segundos por debajo del ritmo que pensaba llevar, nado con el un rato y me pongo a sus pies a seguirlos, se que es una muy buena referencia, hasta que se interponen dos más entre yo y él y dejo de darle caza, tercera vuelta y justo antes de entrar al espigón final el reloj marca una hora y algo más, salgo del agua miro el reloj y veo que he nadado en 1 04', en ese momento estoy en una nube... comienzo a caminar pero de repente me pongo a trotar... tengo ganas de seguir a ese ritmo, quito neopreno, y me pongo el casco, gafas, dorsal bicicleta y calcetines, salgo corriendo a montarme en la bicicleta, tengo ganas de saber si podré ir acoplado cómodo.

Me despido de la tropa y encaro el sector de bicicleta con unas ganas terribles de volar. Salgo rápido, pero se que es la adrenalina del momento tres km más para adelante bajo el ritmo. Me acoplo y en ese instante ya se que no va a ser mi día de bicicleta. Me comienzan a pasar obuses muy bien acoplados, yo a lo mío. Llegando a Camarles me doy cuenta de que el sillín de la bicicleta se me ha aflojado, paro allí lo apreto bien y sigo, no lo he puesto bien, se me levanta demasiado de adelante y voy incómodo. Volviendo sigo intentando ir acoplado pero nada, el cuello y hombros sufren. Me pasan el Aleix y el Kevin que van como un tiro y me dan ánimos, me alegro un montón por ellos porque llevan muy buen ritmo encima de la bicicleta...

27km: Lo inexplicable

Entro a l'Ampolla en solitario sin nadie que me siga y sin ninguna referencia delante. En ese momento es de los que yo llamó: estar sin estar. El cuello me dolía un poco, e intentaba buscar la posición correcta encima de la bicicleta, había un poco de bajada y me animé, pedaleé un poco fuerte para coger impulso para el pequeño repecho que llegaba, iba mirando la rueda delantera porque era la única manera de que el cuello me doliera menos, cuando de repente:

- CUIDADO!
- Levanto la cabeza, veo la vaya, no hago ningún esfuerzo por evadirla, me agarro con fuerza al manillar, choco, empujo la vaya un par de metros, caigo de la bicicleta, el primer impacto al hombro, codo, rodilla, nariz... Me siento en el suelo, me toco la nariz y veo sangre, gran suspiro, quizás no me dejan continuar... Me pongo de pie, me veo las heridas y con calma recojo todo con la ayuda de un organizador. No me cabreo, ni tan siquiera me sulfuro, se que la culpa ha sido mía y punto. La cruz roja me cura como puede, me dicen que tranquilo no hay nada grave, enderezo el manillar y me doy cuenta de que la llanta esta frenada, la recolocamos  me monto y sigo adelante, dos cientos metros más arriba le digo a la tropa que me he caido...

- Punto de inflexión: Lo realmente difícil no fue decidir seguir, sino continuar pedaleando, vuelta tras vuelta, muy cabizbajo, sin fuerzas en la bicicleta, y parando cada vez que veía a la tropa para que, simplemente, no solo fuera mi voz la que me dijera que no parara, sino también la de ellos. Sabía que este punto de inflexión acabaría en el 120km, no sé porque, en esos momentos creo que solo te dejas llevar por las sensaciones, el objetivo había cambiado y solo quería acabar costase lo que costase. 

Efectivamente, en el penúltima vuelta las fuerzas vuelven no se como, me acoplo como puedo, y comienzo a pedalear con fuerzas, veo al Aleix corriendo y me motivo más aún. Última vuelta, volviendo adelante a unos siete ciclistas, iba a fuego, tenía muchas ganas de correr y dejar el infierno de la bicicleta ya. Llego a boxes, y me bajo muy justo en la misma línea de bajada. 
Ya esta, la bicicleta ya se ha acabado. Ahora comienza lo mío. En la misma transición mientras la tropa observa como me cambio y me van dando ánimos, se me acerca una silueta conocida que se agacha para decirme algo en voz baja, es Ramon: "Como te ves para acabar?" le respondo claro y sereno: "Esto lo acabo ya por mis cojones" Se le deja entrever una risa mientras yo me acabo de poner la gorra y salgo corriendo para la salida...

Lo que viene ahora ya es sabido por todos, una maratón que duro cuatro horas, pero que sin referencias de tiempo, ni distancia ni nada se me paso bastante rápida, almenos más de lo normal. Entre la tropa que no paraba de animar, el Branko, el Kevin, el Aleix, el chico de Taimory, el David, etc... No paré de correr en toda la maratón, aunque la rodilla me dolió las dos primeras vueltas, luego el dolor desapareció y yo pude seguir mi andadura hasta el final. Creo que el mejor momento fue la entrega de la pulsera blanca, que confirmaba que ya era la última vuelta, apreté un poco el ritmo con las ganas de acabar y me preparé la entrada a meta emulando la victoria de Chris Macca en el IM de Hawai del 2010. 



Ahora ya esta, dos años más tarde marco como finisher el objetivo de una lista de retos que nos propusimos Alex y yo en el 2011 cuando acabamos la Garmin 2011 y que estoy seguro que en dos años más el también podrá finalizar y estaré ahí para ayudarle y animarle.

FIN